El Tajo de Ronda es una formación geológica de notoria singularidad y belleza paisajística, constituye uno de los iconos geológicos más representativo de España.

Desde el punto de la Geología, el Tajo de Ronda aparece asociado a la erosión del río Guadalevín sobre conglomerados y areniscas calcáreas del Mioceno superior. Además de la erosión fluvial, este tajo aparece asociado a su vez a la acción de fallas tectónicas que marcan su trazado a lo largo de unos 1.500 m de longitud con una forma de herradura abierta hacia el Sur y una altura máxima cercana a los 100 m. La cota superior del Tajo, lugar donde se hallan sus cornisas, se encuentra a 730 m sobre el nivel del mar. Estas cornisas y miradores, situados en el tramo urbano de Ronda, forman uno de los puntos panorámicos más visitados e interesantes de toda Andalucía.

En el Tajo, como venimos diciendo, hay que distinguir dos partes claramente diferenciadas: La Garganta o Cañón del Tajo (cerrado hasta rehabilitación) y la Hoya o Caldera del Tajo.

Esta Hoya o Caldera es claramente una cuenca intramontañosa, un área deprimida rodeada de elevaciones montañosas, formada por un pequeño mar o lago interior, que se fue rellenando con los sedimentos procedentes de la erosión de los relieves circundantes.

Durante el Mioceno Superior (entre 11 y 5 millones de años) el nivel del mar estaba unos 50 m más alto que el actual, por lo que la provincia de Málaga se encontraba parcialmente cubierta por las aguas marinas. En este momento, la cuenca de Ronda era el área marina más profunda de la provincia (200-300 m máximo) y el mar se adentraba hasta 3-4 km al sur de Ronda. La erosión de las montañas ubicadas al borde de la cuenca suministraba abundante material detrítico (sedimentos), que era transportado por los ríos hacia el mar Mioceno. Uno de los principales puntos de entrada de sedimentos era la zona donde actualmente se ubica Ronda, de forma que allí se depositaron los materiales más gruesos: conglomerados y, posteriormente, calcarenitas (areniscas calcáreas con fósiles marinos). En el centro de la cuenca se depositaron los sedimentos más finos, margas con intercalaciones de arenas.

Hace unos 5,6 millones de años se produjo un descenso del nivel del mar y toda la provincia de Málaga quedó emergida. Además, fue un período de intensa actividad tectónica, que originó un importante levantamiento de la región de Ronda, como demuestran los depósitos más altos del Tajo, ubicados a 700 m s.n.m. Una vez emergida, la región de Ronda quedó expuesta a la erosión de los agentes superficiales. Una red incipiente de ríos y arroyos, que confluyen en un cauce principal que hoy llamamos Guadalevín, se instaló en la llanura y comenzó a erosionarla.

Los elementos paisajísticos que podemos contemplar son:

• Una meseta sobre la que se emplaza la ciudad, formada sobre los estratos subhorizontales de las rocas más duras y cortada en dos por el Tajo, limitada en la mayor parte de sus bordes por un enorme escarpe o murallón, producido por el avance de la erosión predominante de tipo fluvial.

• Una hondonada casi circular de unos 750 m. de radio, cerrada al norte y al oeste por la propia mesa de Ronda, que constituye una especie de campiña o valle, de formas bajas y suaves, donde afloran los materiales blandos.